3/29/2006

Stanislaw Lem, In Memoriam

Hago un alto para honrar a uno de los más grandes escritores que he tenido oportunidad de leer, se lo merece absolutamente
Stanislaw Lem (Lvov, 1921 - Cracovia, 2006) fue uno de los más grandes autores del Ciencia Ficción del Siglo XX y probablemente el más reconocido en una lengua que no fuera la inglesa.

Su obra, tal como se indica en el siguiente, extraordinario Obituario que le ha dedicado el Times, si bien se centraba inicialmente en las convenciones del realismo socialista, escapó de este a través de la ciencia ficción, que ya era practicada en la entonces URSS. De hecho, podríamos emparentar conceptualmente a Lem con los Hermanos Arkady y Boris Stugartski, con los que comparte varios elementos, entre ellos la irrupción de lo fantástico en lo cotidiano desde un punto de vista humorístico y satírico y una narración ágil al mismo tiempo que incitante.

Su involucramiento con las ciencias, en especial con la medicina y la cibernética, complementaron enormemente su capacidad literaria, siendo responsable de obras tan llenas de contenido como Diarios de las Estrellas, Donde el ingenuo Ijon Tichy se da de cara -literalmente- con todos los accidentes posibles, tales como un campo de huecos gravitacionales, donde sus "yo" de diferentes tiempos convergen, un planeta donde la solución de un sabio a un problema social es sólo protésica y por tanto, ridículamente insuficiente, y sin embargo creída, o el enredo de la OTHUS (organización de regulación del tiempo) que introducen todas un fuerte elemento de humor negro, sátira y crítica a los sistemas preestablecido.

En su prosa no queda títere con cabeza, Lem nos demuestra con un lenguaje simple, convincente y literariamente sólido las limitaciones tanto del capitalismo como del comunismo a la moscovita, la falsedad de las soluciones "ingeniosas" y nos introduce, sin quererlo, al mundo de la complejidad, que se ve coronado en sus relatos de Robots: Ciberiada y Fábulas de Robots, donde los sabios -aunque algo torpes- e increiblemente poderosos Trurl y Clapaucio hacen desastre y medio por allí, saliedo siempre de todos sus enredos a base de ingenios.

Me quedan para el recuerdo las imágenes mentales de sus relatos: dos enromes ejercitos de robots tomados de la mano contemplando una flor, el enorme cuerpo de un robot que orbitaba un planeta donde Trurl le había dejado una simulación de reino y que lo había sobrepasado, el chocante encuentro de Clapaucio con la Fase Superior de Desarrollo, que nos dice a las claras algo que, parafraseando un poco a Hideaki Anno, dice así: Dios está en su cielo, y todo anda bien con la tierra (porque a Dios no le importa, y si le importase, igual sería de más) o el principe Braguetano, incapaz de caer en los trucos de su maléfico visir sólo por tonto..

Estos son sólo algunos elementos de su extraordinaria imaginería, que será motivo de un comentario posterior en Velero 25, pero antes de terminar, quiero referirme a su obra cumbre: Solaris.

Solaris, como ya he dicho en una reseña que publiqué en Velero 25, nos confronta con los límites de lo humano, que es exactamente la fuente de nuestros mayores temores: la incapacidad de entender como se manifiesta nuestro universo y como escapa de ser algo predecible, mesurable y por ende, controlable, todo esto en una prosa fría y cortante como un cuchillo y que no deja lugar a la especulación ni la esperanza, esto, en la opinión de varios entendidos del género, es un punto de clivaje en la historia de la ciencia ficción.

Para terminar, sólo agregar: Descanse en Paz, Maestro, allí donde las Galaxias nacen y los ingenieros cósmicos hacen de las suyas, no se olvide de saludarnos a Trurl ni a Clapaucio y si se encuentra con un planeta extraño, recuerde que la extrañeza es parte de la humanidad.

3/28/2006

Conexiones (I)

Esta es una serie de Post para hablar de las cosas que el tiempo, por premura, me ha impedido, espero postear tan seguido como se pueda


Rastreando el Origen de la Encrucijada

¿Se han preguntado alguna vez si es que las preocupaciones, ansiedades y temores que usualmente salen a la superficie en el momento menos pensado? (después, desde luego, de haberse tomado una buena temporada a buen recaudo, lejos de la superficie de la conciencia) o cual es el "trigger" que las activa? la verdad, yo si.

Alguna vez, amig@s y amigos a los que les comenté sobre el asunto -en especial alguien cuyo nombre prefiero no mencionar- me dijo: me incomoda no lograr mis objetivos del día..

La verdad, cuando lo escuché, como que no lo creía, porque a mi modo de ver, vivía sin mayores presiones: esto es, en realidad no me importaba lograr o no un determinado objetvo en el sentido intrínseco, no me importaba. Y es que en realidad, estaba en uno de esos estados existenciales en los que el viento lo lleva a uno.

Poco tiempo me tomó ir al otro lado de la cerca, un par de años después cuando una amiga viajaba tanto para cambiar de aires como para huir de sí misma, se lo dije en su cara, como suelo hacer con el 85% de las personas que conozco (si también tengo mis grados de Politically Correct) y bueno, no sólo no me creyó sino que acabamos peleados (eso se arregló después) pero el no lograrlo me fastidó profundamente, casi hasta deprimirme (por allí habrá alguno que dirá ¿por tan poca cosa? y tendría razón).

El asunto es que la mayor disconformidad o el origen de la incomodidad está en -me atrevo a especular- la distorsión que naturalmente ocurre entre el mundo o situación percibida y nuestra propia imágen de esta. Es cierto que nuestras mentes están siempre en una constante asincronía con la realidad, de acuerdo como se puede ver en este link. Y que por tanto, nuestra percepción, que es una consencuencia de la evolución, la historia personal y la particular cosmovisión que nos han metido en el disco duro hace que nos autoengañemos con más facilidad de lo que realmente sabemos (y aquí otra nota al respecto, y como adicional esta.)

Entonces, podría concluir que la mayor fuente de mis incomodidades es mi incapacidad para situarme en una mejor perspectiva de los hechos que me permita hacer algo útil al respecto o válido.

Pasé años enteros de mi vida creyendo a personas que no merecían crédito, pensando y percibiendo a otras de una manera totalmente incorrecta, casi al borde de una neurosis esquizoide ¿por qué? porque prefería creer la historia cómoda y lo cierto es que las historias reales, cuanto más reales, son menos cómodas.

En estos meses, he tenido ramalazos de esa sensación, a veces, suelo ver caras parecidas en los ambientes por donde circulo, lo cual me hace pensar que quizás haya algo que no anda bien con como percibo las cosas, le comenté a un amigo al respecto y el me respondió:

Quisiera que cada momento de la existencia fuera tan inédito que poseyera nombre para atesorarlo así y no mezclado con otros y terminar adulterándolo de mala manera,lo cual requiere una retroprogresión permanente donde fijamos, en la medida que interconectamos memoria y realización, en suma pensar y actuar matricialmente, nuestras actitudes y resabios.
la vida es difícil e impredecible, pero también pasión bajo la piel y ganas de reconstruirnos una y otra vez, dejando un rastro de caparazones evaginados, cada cual más primoroso o tallado que el otro, según sean los sentimientos que nos acompañaron en su diseño.

Sus palabras me dieron la impresión de que tal vez ya sea hora de abandonar este caparazón y que tal vez el origen de la encrucijada sea la necesidad del cambio y con él de la incertidumbre.}

hablaré de esto en otros posts.