3/28/2007

Lecturas y una sequía literaria pendiente....

Mientras el tráfago de las ocupaciones se impone, ya iniciando otro ciclo más en la LUNIversidad ACME -por llamarla de alguna forma- y con 22 créditos encima (trás desperdiciar el ciclo de verano y enterarme que tendré que postergar mi egreso para un ciclo después de lo planeado) la verdad me deja poco tiempo para algo o nada. Y quedan en el tintero (o en el polvo metafórico) varias cosas:

  • Un par de atrículos para Velero 25, incluyendo uno conmemorativo a los 25 años de la muerte de Philip K.Dick, autor tan prolífico como polémico.

  • Un cuento de ciencia ficción del que no pasé de las 3ra página,pese a que la idea vino como un flash

  • El segundo -y por ende, todos los subsiguientes- capítulo de The Heaven Within, un proyecto de historia de fantasía del que quisiera hacer otra cosa, pero las ocupaciones me impiden darle tiempo


En cuanto a lecturas, después de cuatro años de intentos estoy finalmente avanzando El tiempo es lo más simple de Clifford Simak y quien sabe, quizás la termine en un interín del camino de la UNI a la casa.

3/12/2007

Conexiones (VIII) Tensión...



Marzo se inicia y con él, la serie de cambios que comienza a proponer la estación y los vientos correlativos a esta...

"Cuidaos de las ideas de Marzo" (en realidad de los Idus, días) había dicho la sibila, pero, en lo que a nosotros concierne ¿A qué podemos considerar una "sibila"? en realidad, tal pregunta no tiene respuesta fuera de las especulaciones de carácter "esotérico" (y sospecho que la mayoría de gente que usa esa palabra ni siquiera sabe de donde viene). Lo cierto es que nos movemos en un universo de constante cambio, en general aunque no percibimos este cambio a conciencia por varias razones: Primero, vivimos dentro de una sociedad que funciona tratando de mantener un estado de estabilidad (no rígida, pero estabilidad al fin y al cabo) y que, por tanto, no le da la bienvenida al cambio a menos que este se meta por los palos y entre a formar parte de la vida Inevitablemente, usualmente le damos ese papel a la tecnología, pero también a otras transformaciones personales que ocuren a veces discretamente y a veces le estallan en la cara a uno, como una muy particular epifanía.

En mi caso, esa suerte de epifanía fue la culminación de una sensación de inquietud que había estado teniendo y manifestando a algunos amigos a lo largo del camino, al principio poco cierta y luego, eventualmente construyéndose en una especie de crescendo de tensiones que finalmente decantaron tras una amanecida una madrugada de Domingo.

Ya he hablado anteriormente de la cuestión de los hitos que vas dejando en el camino en una nota anterior y de que te hace poner esos hitos y decir “hasta aquí es, esto es todo lo que corresponde hacer” y luego empezar una nueva página o lo que sea que haya que empezar de nuevo, que, en estos tiempos, es casi una obligación moral.

Pero a veces, se da el fenómeno inverso, que la realidad te impone un cambio necesario e inevitable de condiciones y circunstancias y si aunque bien dices: “estoy aquí” “no he cambiado” “sigo siendo el que era” y sin embargo, la particular visión que tenías de una actitud, persona, cosa, relación, hecho se ve trastocada de un modo que no puede evitarse. Entonces, ni siquiera te das cuenta de la magnitud de tu transformación, sólo lo asumes y sigues andando, hasta que, quizás, te ocurra lo que le ocurrió a Pablo cuando rasgueó estas notas:



…En este ciclo en que pasamos,
Cada paso se da porque se siente,
Al hacer un recuento ya nos vamos,
Y la vida pasó sin darnos cuenta…





Entonces, el ojo deja de mirar hacia fuera y se concentra donde en realidad le importa: adentro.

¿Y qué ve el ojo?

La mayor parte del tiempo: nada, sólo un espejo límipido de la realidad exterior, un reflejo aproximado, una reconstrucción, tachonada con los matices quizás certeros de una emoción particular, como la calidez de los tonos pastel de una pintura o de la miopía del pintor que combinó perspectivas y colores determinados en una mezcla flamígera o sencillamente llamativa y esto me lleva una frase de M John Harrison que -aplicada a la literatura- define claramente la diferencia entre sobrevivir y vivir:

Every moment of a science fiction story must represent the triumph of writing over worldbuilding. o, libremente traducida como: Cada momento de creación debe ser un triunfo de la escritura sobre el vano oficio.

O sea, sobre el sólo "hacer las cosas" por hacerlas y allí es donde nacen la convicciones, las creencias y la fueza de voluntad, en el saber que se hace porque se quiere, no porque la inercia de una determinada "fuerza mayor" lo determine de ese modo, pero ¿cada cuánto tiempo nos damos cuenta de la perentoria necesidad de esa liberación, de ese particular trauma? no creo que muchas y por eso aquella búsqueda subconsciente de el "momento de verdad" tan mencionado en la ficción literaria, el momento de las definiciones, de callarse y sólo actuar, adiós a las justificaciones, a las excusas baratas, a los discursos filosóficos, sólo el flujo importa, sólo la consecución del movimiento.

Pero, antes de aquellos momentos, eventualmente pasas por el trance del Fénix, el mirarte al espejo y no reconocerte, rehacer tus piezas, mirarte desde otra perspectiva, prepararte para formatear el disco duro y arrancar de nuevo otra étapa en la que esperas estar librado de aquello que te aprisionaba.

Y bueno, lineas debajo pondré algunas cosas -o figuras- que vinieron a mi mente aquella noche/día larga como ideas que pongo aquí para cuando otra crisis venga y pueda ver lo que escribí en el espejo o en su sombra.

  1. Un niño llorando en medio de una habitación oscura, apenas hay luz, pero él no se percata


  2. Un hombre arroja una moneda para decidir un camino, la moneda indica derecha, él va a la izquierda


  3. La voz de una amiga diciendo a lo lejos diciendo: "es que queremos lo mismo...." y su eco perdiéndose en un crepùsculo marino, mientras miro en todas direcciones, cualquiera es igual de buena.


  4. Un viejo tahúr arruinado mirando al cielo en una mañana de invierno, mirando alrededor, está sólo, pero camina y dice: "siempre se puede comenzar de nuevo"


  5. Un genio del violín arroja un stradivarius al suelo tras finalizar un recital extraordinario, destruyéndolo, ante el estupor del público dice: "tanta belleza no puede ser testigo de mi derrota."


  6. Una mujer mira en derredor de la plaza de un pueblo costero, todas las calles con confluyen en ella se ven iguales hasta el mínimo detalle, todas imbuidas de la misma niebla gris, ella cierra los ojos y camina...


  7. de una canción de los goo-goo dolls: When everything feels like the movies, yeah, you bleed just to know you're alive


  8. El Buen Darius Rucker sentado frente a un bosque en Carolina del sur, cantando agonicamente aquella canción extraordinaria: ...Does he realize he came back and he took you too soon?


  9. Entrando a una casa de espejos, mirándolos a todos abiertamente, y diciendo a cada uno, "si, tú eres un yo,uno de mis yo" luego saliendo de la casa presiono un botón y la casa estalla en pedazos.


  10. Ella mirándome, profundamente, con ojos de una mirada demasiado limpia, demasiado refulgente, subyugante como un solo de coltrane o parker, la amo, pero si acaso pudiera recordar su nombre...


  11. Ella misma, en el borde de un acantilado, amanece, ella mira hacia el este, ella sólo grita: Turn loose the heaven within!




Y allí están. Espero que el amable lector pueda entender o al menos avizorar lo que ocultan las palabras. Y ya que hablamos de confrontaciones, dejo aquí la excelente canción de Within Temptation Stand my ground, enjoy: