12/22/2005

Un viejo post pendiente sobre Cine


La verdad este es un comentario sobre una película que vi hace tiempo ya, y que por cuestiones de tiempo he dejado en pendiente.

La Película, que tuve oportunidad de ver en el Centro Cultural José María Arguedas del CAFAE-SE, se llamaba Vuelan las grullas (Летят журавли,1957) ganadora de la palma de Oro en Cannes, está ambientada en la camapña rusa en la segunda guerra mundial.

Digida por Mikhail Kalatozov, narra una historia de amor que se ve frustrada por la guerra, además de las secuelas del horror que esta deja en cada uno de los involucrados en ella, directa o indirectamente.

Originalmente basada en la obra de teatro de Viktor Rozov (quien escribió el guión) se centra en la perspectiva de la heroína Veronica (Tatiana Samoliova), quien enamorada y comprometida con Boris (Alexei Batalov), ve su unión frustrada cuando él, henchido de orgullo patriótico, se enlista de voluntario para ir a la guerra.

La historia, lejos de ser una típica fabula hollywoodense donde el amor triunfa a pesar de todas las barreras, es una historia de desencuentros y pérdidas. Primero: Veronica pierde a sus padres en un bombardeo y termina viviendo con la familia de Boris, quienes la admiten como una hija, y luego, termina contrayendo matrimonio con el cobarde y ópaco hermano menor de Boris, Mark (Aleksandr Shvorin), quien usa su escasa habilidad con el Piano para reuhir el frente) quien al parecer, la ultraja durante un bombardeo.

la tensión central del argumento es entonces ese conflicto interno que se manifiesta en todas las acciones de Veronica, esperando noticias de quien ama, pero a quien ha traicionado. Veronica no se permite a sí misma el lujo del perdón ni por las personas que la han puesto en este predicamento ni por ella misma, e, incluso siendo plenamente consciente de la muerte de Boris por intermedio de uno de sus compañeros de frente quien es encargado por este antes de morir de avisar de ello a su novia.

Lo verdaderamente impresionante de la película es la capacidad tanto del director como del camarográfo Sergei Uruzevski, de crear un lenguaje que hace creíble tanto la realidad como las emociones de los personajes, es notable la gran variación de tomas que usa en cada secuencia, las que, junto con la música de, crean secuencias que consiguen un impacto emocional sobrecogedor. En especial la secuencia donde Veronica se entera de la muerte de Boris y la escena final, cuando todos regresan de la guerra y ella busca a Boris, sabiendo que no va a hallarlo y entrega flores a otros soldados mientras sus lágrimas no dejan de caer. es decir, El atractivo de la historia está, exclusiva y principalmente fundamentado en la actuación de Samoliova, y eso es lo que, junto a la capacidad visual del director hace a esta película tan conmovedora, a pesar de no ser intencionalmente melodramática.

Salí de la sala con pensamientos inquietantes acerca de arte y creación, que iban más o menos así:


Dado que el arte es una cuestión de expresión más que todo, entonces, ¿Podríamos decir que existe algùn nivel de expresiòn superior a otro?

Personalmente, creo que no. Pero en beneficio del Cine, puedo decir que es la forma expresiva que, como arte, Combina a la mayor cantidad de habilidades y recursos, donde la imaginación es verdaderamente libre para exprsar algo, y es que hay cosas que ningún texto es capaz de expresar o enfatizar con suficiente fuerza como un rostro triste o como (recuerdo) la endurecida expresión de Juliette Binoche en Azul, presa de un dolor tan lacinante que sencillamente paraliza.

Esto me llama a pensar que, quizás sería un buen reto ponerme a escribir guiones para cine.

2 comentarios:

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Es un aexcelente idea.

Guiones. Por el cine, cuánto uno es capaz de hacer.

Anónimo dijo...

Hola. Mi papá me habló de esta película, gracias por el post, haré todo lo posible por verla.