10/26/2006

Conexiones (VII) - Claros, Oscuros y Peores - Final

Continuo desde el post anterior, la verdad, hubiera querido terminarlo en una, pero siempre queda mucho de que hablar.

Antes de continuar con la reflexión iniciada en el post anterior, quiero, a manera de paréntesis, incluir el Disclaimer de Justin Jackson, co-conductor del programa de radio y podcast This Week in Science. Cito:

El calentamiento global está cayendo sobre el planeta con la misma avidez de un halcón hambriento sobre un ratón cojo. Y, mientras la población tiene una actitud de negación pasiva, con la esperanza infantil de que de algún modo, la ciencia, en el tiempo, hallará la respuesta al problema.

Es mediante esta negación autocumplida como rendimos el mayor tributo a los hombres y mujeres de ciencia, mientras caemos, ciegos, a escala global esperando que el siempre diligente trabajo de los científicos nos detenga antes de darnos el contrasuelazo. Y así siempre confiados en ellos, tal como una damisela en apuros, quien pacientemente aguarda a ser desatada por el héroe de las vías del tren. Así, la sociedad observa pacientemente el fenómeno del calentamiento global y el cambio climático, esperando que, de algún modo, los hombres y mujeres de ciencia los rescatarán de la necesidad de salvarse a sí mismos (...) y debe ser notado que así como cada mente involucrada en la ciencia contribuye a brindar esperanza al ratón cojo de la humanidad, la continuada negación e ignorancia sólo logra invitar más halcones al festín.

El discurso de Justin no hace sino señalar, al respecto del calentamiento global (el fin del mundo como lo conocemos) una actitud que tiene todo que ver con lo mencionado en el post anterior, veamos: existe la percepción de que el fenómeno existe y nos afecta, y sin embargo se nos dice (y nos creemos) que hay una salida técnica al asunto o que la habrá, cuando es mucho más sencillo comenzar a pensar en cambiar hábitos para enfrentar al problema en vez de esconder la cabeza en la Arena.

Y bien, continuando con las digresiones éticas, la segunda anécdota a comentar se dio en mi clase de filosofía, donde la profesora no hizo ver la película Institnto con Sir Anthony Hopkins y Cuba Gooding Jr. como protagonistas.



Una vez terminada de ver, la profesora nos pidió responder a un cuestionario respecto de la ética, que va desde el punto de vista de Hobbes (el clásico Perro come perro) hasta la actualidad. Y lo que escribí fue más o menos esto:

Respecto a la afirmación de Hobbes de la vida como eterna guerra (lo cual dejaría conforme a más de un creyente de "la conjetura del mono asesino") se puede decir que en el caso del Dr. Powell se demuestra la falsedad de esa afirmación, ya que su naturaleza, pese a aparentar ser “mala” según las leyes de los hombres, está fundamentada en la reacción a una agresión mayor, que es la del hombre contra la naturaleza, tema que se contrapone a la actitud del Dr. Caudler, cuyos motivos son esencialmente egoístas (quiere reconocimiento por su trabajo, ascender) pero se encuentra con que el servicio a los demás puede ser algo más agradable que las dádivas de la fama.

Por otro lado, para la la hija del Dr. Powell (Maura Tierney), el resentimiento ante la ausencia de su padre es su Leit motiv y aun con ello, tampoco es una persona naturalmente mala, ya que sus acciones están claramente motivadas por las emociones que carga, cosa que contrasta grandemente con la actitud de los guardias de la prisión, quienes se creen al pie de la letra la afirmación de Hobbes y basan en ella sus acciones y sus juicios y junto con ellos el Psiquiatra de la prisión, quien se ha resignado a creer la afirmación de Hobbes al no ser capaz de liar con la atención de todos los presos.

El problema de la libertad en la película se expresa, según el Dr. Powell como el problema de la rúptura del vínculo con la naturaleza define libertad como unión con la naturaleza, afirmación que tiene puntos de contacto con muchos cuerpos de creencia que van desde los indígenas de Nueva Guinea hasta Giordano Bruno. Y que, si analizamos bien textos como la Biblia, podrían ser el equivalente simbólico de la caída de la gracia, ya que es a través de esta caída y de adquirir el conocimiento del bien y el mal (la conciencia) que nacen conceptos como “control”o “libertad”, que dentro del “ecosistema” humano, no es más que una ilusión convenientemente montada.

Y por tanto, la definición de “libertad” como la conocemos y usamos está en serio cuestionamiento. Tanto por los mandamases de los grandes intereses que comercian con el miedo y aplastan derechos en nombre de la "seguridad" (ver nota al respecto) así como de los otros grupos de interés que tratan de, en nombre de su propio beneficio comercial, vendernos la "perfección" empaquetada, como la delgadísima línea entre el sano vivir y la obsesión enfermiza por acomodarse a los estándares de belleza, apariencia, comportamiento y consumo impuestos por nada más que pura angurria. Entonces, al final, dejas de ser un individuo y sólo te vuelves un ingrediente más del CMR, una referencia más de la Minería de datos. Un pedazo de realidad enlatada, preprocesada y reacomodada para conveniencia de los mismos que organizan el circo.

Lo cual nos lleva a otro aspecto tratado en la película, la diferencia entre AMBICIÓN, PODER, CONTROL Y DOMINIO.

Ambición es el deseo de lograr algo, que se expresa en obtener cierto grado de control (sobre una situación) o poder (influencia sobre otros) mayor. El poder entonces, se expresa como la consecución de la ambición, poder como “poder hacer” “poder imponerse” el recluso que siempre busca el as de diamantes, ambiciona salir y busca el poder mediante la coerción con otros para satisfacer su ambición.

Esto nos lleva a la cuestión del control, que puede definirse como la capacidad de manejar las situaciones de acuerdo solamente a la voluntad propia, pero, es evidente notar que, en lo que a la voluntad respecta, resulta difícil determinar donde termina la voluntad del individuo y donde comienza el consenso impuesto por el entre social, o el ethos de la época o la cultura en la cual vive, por lo cual, dejamos de aspirar al control y nos conformamos con el dominio, que es, como el control, ilusorio porque depende de una serie de reglas (escritas y no escritas) sobre las cuales valoramos nuestras acciones y comportamiento y el valor de nuestra vida y la de los demás.

Por lo cual, al final el problema de la libertad (al menos según la revista) se reduce al problema del dominio: los hombres no queremos ceder el dominio porque sería admitir las limitaciones de nuestro capacidad de manejar las cosas (manejar no es igual a controlar) y es más, de comprender el mundo a nuestro alrededor, sería reconocer que mucho de aquello que sentimos, pensamos y creemos es, esencialmente, ilusorio, una ficción creada para hacer cómoda y tolerable la idea de que tan dependientes somos en todo aspecto. La enseñanza de la película y el Dr. Powell va por ahí:este comparte sus conocimientos acerca de sí mismo y la naturaleza que conoce en una forma más que coherente con sus principios, es decir, enseña con el ejemplo y sus acciones y decisiones de vida son lecciones claras acerca del respeto a la naturaleza y de las convenientes ilusiones sobre las cuales erigimos nuestras vidas.

Aprendí del Dr. Powell que, independientemente del conocimiento de las “Ciencias exactas” o “Ciencias Humanas” al final el ser humano no puede renegar de la carne, de la sangre, del instinto y de reconocerse como parte de una biosfera, de un sistema natural de cosas en el que él, creyéndose hasta el extremo la ilusión del control (el dominio sobre casi nada) se irroga la potestad de explotar y destruir la naturaleza a su antojo, trayendo como consecuencia los problemas sociales, económicos y ecológicos de la historia, y que es una posición ética que necesariamente tendremos que modificar si queremos permanecer más tiempo en nuestro azul hogar.

Al final, nos hemos creído un discurso, el de la cvilización y el de la Artificialeza, cuando hemos olvidado que no hemos dejado de ser parte de integrante de la biosfera, creer que controlamos a la naturaleza y que ella nos sirve es el primer y el peor de los errores. Siendo aplicable este tipo de negación pasiva a cualquier tema ulterior: la definición de lo que es "bueno" o "útil" sin tener en cuenta de que es o puede ser "bueno y/o útil para mí" y que, al final mi bien se puede dar a costa del mal de otro o peor aun, muchos otros.

Al final ¿Qué queda? aparte de nada o casi nada, uno mismo y su propia conciencia, cosa que queda mucho más patentemente definida en la Oración del miedo que Frank Herbert inmoralizó en su saga de novelas de Dune:

No conoceréis el miedo.
El miedo mata la mente.
El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total.
Afrontaré mi miedo.
Permitiré que pase sobre mí y a través de mí.
Y cuando haya pasado giraré mi ojo interior para escrutar su camino.
Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada.
Sólo estaré yo

Y creo, que en momentos como estos, nos hacen falta muchas de estas.

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