6/06/2006

Conexiones (IV)

Des-Conexiones


How many times must a man look up
Before he can see the sky?
Yes, 'n' how many ears must one man have
Before he can hear people cry?
Yes, 'n' how many deaths will it take till he knows
That too many people have died?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.
Blowin' in the wind, del Maestro Bob Dylan


A veces -seamos honestos- casi todo el tiempo de esta circulación de energía y probabilidad que somos se mantiene en un esquema fijo de ideas y cosas, aunque el flujo inevitable del tiempo pasa y por lo general, cambiamos más lento de lo que por lo general el mundo a nuestro alrededor muta. Lo cual es, me temo, un hecho casi inevitable.

ya sean ciudades, edificios, amigos, compañeros, o el color de pelo de tu pareja, vivimos constantemente entre el soportar que las cosas no sean exactamente como las dejamos y el aprender a reconocerlas como lo que en realidad son: transiciones, flujos, cosas a medio hacer.

Hablando del tema por el mail con una amiga, me comentó (no le he pedido citarla, de modo que no puedo decir su nombre) lo siguiente: "He comprendido que lo normal es que las cosas se ensucien y desgasten." Y así es. Y así, envejecemos, nos oxidamos y pasamos al olvido, sin mayor trámite.

Hace un par de meses, cuando mi fiel mascota (por la cual está el nombre del lobo virtual en el sidebar) falleció a causa de un coma diabético, me du cuenta de algo que en el momento, me pareció algo chocante: me había preparado para ello, de un cierto modo había comenzado a cortar los lazos emocionales que me unían a ella, lo cual no significa que los olvidase, lo cual me dejó, por varios días un sabor de boca raro, el sabor de un miedo inevitable, el miedo de las conexiones rotas e inevitablemente terminadas, lo cual me provocó una emoción díficil de describir aun ahora.

Me suele pasar (tal vez no he vivido lo suficiente o aun queda demasiado de ese niño resentido y quejoso adentro) que hay momentos en los que cuesta retomar el hilo de las actividades (frenéticas, por lo general) y seguir andando, como que, entre faena y faena tengo que detenerme a mirar y como que resulta inevitable pensar ¿por qué me estoy perdiendo del resto?

"Ritos de paso" (o su ausencia) es la inevitable respuesta. O tal vez, como decía Steve Jobs, aun no hallo lo que amo.

Bueno, de vuelta a las labores cotidianas que aun tengo que leer, estudiar y traducir una buena cantidad de cosas.

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