6/20/2006

Crónicas de viaje y Oportunidades emergentes

Hoy, haciendo un repaso de hechos, cosas y sobre todo, grandes temas pendientes he llegado a hacer una especie de inventario personal de ocurrencias, algo sobre emociones y cosas pendientes.

Bueno, vamos con el recuento:

El viernes, con motivo de una visita de campo,partí con mis compañeros del curso de "Procesos Industriales I" a Chincha para ver el proceso vitivinicola de la anteriormente hacienda, ahora planta vitivinicola Tabernero. (el link parece roto, no sé si funcione)

El curso, por cierto, es uno de los peores de la carrera, por más de una razón, dado que es exigente, demanda una enorme cantidad de datos para memorizar (inutilmente, o no, eso depende.) y la profesora de este, la Ing. Petra Rondinel, es de las más temidas en la facultad por lo exigente y sobre todo memorista de su curso.

Si además de eso, agregamos sus escasas habilidades sociales, entonces, tenemos un problema serio.

La partida (que tuvimos que hacer en una agencia ya que nuestra orgullosa LUNIversidad, como la llama mi amigo Oscar no apoquina para esas cosas) fue a las 6:40 AM, llegué a las justas, saltando de una combí casi vacía al asfalto en refacción de la Av. México y corriendo de inmediato a la terminal donde ya no esperaba que ni la profesora ni los compañeros estuviesen.

partimos, entonces, y me subí directamente al bus sin pagar en la terminal (el tiempo, chico) lo que me costó S./2 menos (tiene sus ventajas, supongo) el viaje fue largo y aburrido, ya que me había sentado sólo y dejé el libro que tenía planeado leer (SLAN, de A.E. Van Vogt) en casa.

En el bus pasaron dos películas (Swordfish, acceso autorizado y Gol!) en impecables copias pirata (qué típico y que paradojico suena decir "impecables copias pirata", jua) llegando a Chincha casi a las diez tras recorrer rápidamente casi 200 kilómetros donde los colores predominantes (como no) eran arena y gris.

Llegamos a la terminal en chincha casi a las 10, peruanisimamente tarde y trás ver el quinto de la goleada argentina ante Serbia y hacer unas cuantas coordinaciones, llegamos a la Vitivinicola.

la visita transcurrió sin incidentes y fue bastante entretenida, desde la bahía de recepción de las vides (obviamente en desuso por la estación) hasta los tanques de fermentación y reposo, resultando especialmente interesante que el vino dependiese para su añejamiento final (acabado) de las particulares características de los Taninos de las barricas de roble, tanto así que no hay una forma estricta para lograr un buen añejamiento, lo cual me hace suponer que el proceso químico es más bien caótico (en algún momento posterior hablaré del tema, espero hacerlo antes del post 100) y trás ver el proceso y degustar una copita de vino borgoña semiseco terminamos la visita.

Para ver el otro lado de la moneda, es decir el proceso artesanal fuimos -viaje en Tico mediante- a la vitivinicola de Naldo Navarro, que nos recomendaron en la planta, esta quedaba en el distrito de Sunampe, no muy lejos de la carretera y relativamente cerca al mar; bueno, llegamos, los pisos de tierra contrastaban con el casi aseptico orden de la planta, y los vestigios de lo "artesanal" aunque quizás debiera describirse más bien como viejo y descuidado (no sé, cuestión de gustos) lo bueno de esto fue que, como experiencia fue más ilustrativa que la visita a la planta, ya que probamos una mayor variedad de vinos (allí lo llaman "la ruta del vino"), comenzando por el enormemente peruano pisco de uva quebranta, que se produce por simple destilación del mosto en alambiques de cobre.

No sabía que lo primero que hacer al tomar un pisco era olerlo y habituarse a su olor, dejar que llenara tu boca, porque si no, el trago te mata en una, luego pasamos a probar diferentes vinos, el de pasas, que es una mezcla de pasas y mosto,el mistela, que es un vino dulce que no se deja fermentar, el semiseco, el rosé(!) y el seco al final, por lo cual la tarde resultó productiva.

La nota baja del viaje la constituyó el almuerzo, que fue en un restaurante (mejor llamarlo fonda) al que llegamos por recomendación del dueño de la vitivinicola anteriormente mencionada y donde pedimos un "manchapecho" chinchano (combinación de carapulcra y sopa seca, que tanto por falta de cantidad como de calidad, estuvo por debajo de las expectativa. Aunque el rosé para el que apoquinamos en la vitivinicola compensó en algo.

Trás el almuerzo y comprar una que otra cosilla adicional partimos a Lima en un expreso -que no tenía nada de tal- que nos costó S./6 y fue, evidentemente más lento, partimos a las 3 aproximadamente y me bajé en el puente de la URP a eso de las 5:40, con mi botellita de borgoña semiseco :), llegando a casa sin incidentes. Aunque con una sensación ligeramente melancólica, debida quizás al vino.

Lo cierto es que hé tenido esta especie de sensación desde hace algún tiempo ya, hablando con un amigo la semana pasada, con motivo de un casual encuentro en mi facultad, hablábamos de los humores y las edades y de como a medida que -al menos en su conocimiento- la inconformidad que hacía que de adolescentes quisieramos revolucionar el mundo se convierte, pasado el tiempo, en frustración y a medida que la "crisis de los 30" te alcanza en resignación, o, tomando las palabras de Fernando Delgadillo, quien creo que lo dice mejor que yo:

Hay tanto que cambiar y nadie empieza
a muchos les da miedo comenzar
sienten que alguien espera
a que se salgan de la fila
para poder ganarles su lugar
hacia ninguna parte.
Somos el eslabón con los ancestros
y al milenio estamos por despedir
hijos de una cultura
que se fue y nos dejo aquí­
para alumbrarle el paso al porvenir.

Evolución por nuestras vidas
hay que crecer al vuelo y recordar
que otros se pasen sus mentiras
y abrir los ojos donde la verdad
ya no sean sueños que se pierden en el mar
sueños que se pierden en el mar.

Se hace entonces, entre necesario y obligatorio sacudirse de una buena cantidad de cosas y seguir adelante y creo que una de las mejores formas de hacerlo es afinando la percepción para encontrar oportunidades emergentes, aunque sea sólo como un intrascendente ejercicio mental.

Así, trás una dura y sincera conversación por chat con Micky, he hecho memoria de algunas oportunidades que he tirado por allí, recordemos:

  • Concluir mi certificación en automatización Industrial: me faltan electroneumática, que nunca entendí y control de procesos, al que nunca le tuve fe.

  • Sacar adelante el (ya) viejo proyecto de Investigación sobre innovación sistemática al cual solo le falta...¿qué era? demonios :(

  • Terminar de escribir mi proyecto de Novela "La vía" en la cual no puedo pasar de la página 48 (ok, esta no es precisamente una oportunidad)

  • Y finalmente, terminar el más viejo de mis asuntos pendientes (no es este, pero tendrá que pasar por bueno) formar un capítulo del Instituto de Ingenieros Industriales (IIE) en la UNI, lo cual está a un paso de darse si me las arreglo para reunir a diez personas interesadas (tengo 4 fijas, puede decirse...) antes que termine el ciclo (uf....)

  • Y personalmente hablando, sacarme el pésimo hábito de la adicción al stress y a estar contra la pared (osea, fecha de entregas, exámenes y esas cosas) para usar mis habilidades en algo parecido al 100%
Es decir, como la maldición china señala: These are interesting times indeed.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

choche que haces en la uni......dejalo y dedicate a escribir........estaba estresado y me acabo de relajar leyendote