6/03/2006

Escuchando Otros Lenguajes

Con motivo del último día en el cual asistí como parte del grupo Coyllur, al evento de Promolibro tuve la oportunidad de coincidir con el Dr. Antonio Brack Egg, quien hizo una charla sobre la influencia de la lectura en la gente.

El Dr. Brack, conocido investigador, naturalista y difusor de la riqueza natural del Perú, sostiene categóricamente -y con mucho de verdad- El Perú es un país que aun está por conocerse. Lo cual, dada la actual situación espacio-temporal del país y su particular coyuntura socio-económica resulta por demás inquietante.

Y es que, como bien hablan los "científicos sociales" al definir la sociedad peruana como clasista, racista y demás adjetivos que bien la identifican, dicen lo evidente. Estamos compuestos por capas sociales aisladas, un tejido unido por la negación antes que la afirmación y sin visión (recordemos que las visiones sociales depende estrictamente de la capacidad de los miembros de esta de definir consensos, pero como se ve en este caso, los diversos componentes de la sociedad no son capaces de reconocerse iguales o coexistentes) de conjunto, vivimos entre la ilusión occidental de la ciudad (en especial en la costa) y el abandono atávico del interior(la sierra campesina y la selva aborigen, constantemente depredada por la colonización y la expansión agrícola basada en cultivos y técnicas de cultivo "occidentales").

Y es de esa ilusión, por demás mórbida, de la que elaboramos nuestras propias visiones de conceptos como: "avance tecnológico", "progreso", "desarrollo", se contrasta con el progreso ya logrado por nuestros antepasados, ya que, además de vivir en una de las cunas de civilización del mundo, somos además, de acuerdo al Dr. Brack uno de los principales centros de domesticación de plantas del mundo (probablemente el principal, con más de 180 especies domesticdas sobre 270) ¿cómo se puede llamar a eso sino tecnología? claro, el asunto es que se aparta de la visión baconiana de la "tecnología" como desarrollo y programa, está más bien enmarcada en la visión de lo que podría llamarse adaptación dinámica y ocupación sistémica (al respecto, sugiero consultar las publicaciones del Profesor de la PUCP John Earls)

Entonces, bien nos vendría poner las barbas en remojo y pensar acerca de los diversos lenguajes en los que convivimos: además del lenguaje de "lo común" (la aparentemente occidental y urbano) existen todos los demás lenguajes cuya sustentación se encuentra en las culturas indígenas y en la convivencia que estas han desarrollado alrededor de su vinculación con la tierra y el entorno en general.

Y, si además, sumamos a esto los últimos descubrimientos científicos que demuestran que las especies animales se parecen más a nosotros de lo que nos imaginábamos, por ejemplo los delfines tienen cotas de crueldad que llamaríamos enfermizas y además se llaman por sus Bonovos y Orangutanes pueden solucionar los problemas usando planificación y que los Cercopitecos Africanos han desarrollado capacidades del lenguaje e incluso de identificación a través de un nombre, entonces, buena es la ocasión para ponernos a pensar que nuestra especie tal vez tendría que comenzar a adquirir un mayor respeto por los otros lenguajes y las otras especies, que a fin de cuentas, están en nuestro mismo barco.

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